f u e g o

lunes, 22 de marzo de 2010

El sublime arte de la traición


Corrupto ya el pasado, hasta entonces intocable, y destrozado el pilar maestro que sostenía nuestros paladares, puedo escuchar el sonido del imperio al caer.

Mientras, mis pies bailan una psicodélica infamia sobre los escombros.

Me abres los ojos para admirar otra alborea teñida de rojo; me revientas el pecho sin más motivo que una madrugada tendida sobre mi piel encalada.



Si acaso esta iracunda sangre dejase de brotar junto a tu soberbia, se volvería la hierba campo yermo donde ya ni tus mentiras hallarían vuelo.

Silba el huracán que anuncia el movimiento del titiritero ruin, aquel que juega al azar y a la casualidad.

Muéstrese entonces la fe ciega, atadura de inocentes y olvidadizos.

Rásguense los cristales sobre los que caminan nuestras amargas sombras.

Estalle el visceral abismo que enseña los dientes cuando el cenit se torna papel mojado.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

novio chino no entendel bien tu entlada!! selá pol el idioma!! pero amalte mucho!!celveza a un eulo!!!

 
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