Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.Seguramente muy pocos sean los que, entre prisas e inopias, se hayan parado a mirar hacia la pared al salir del metro de ciudad universitaria. Y es que allí reza este fragmento de Gil de Biedma, advirtiéndonos...aprovechemos el hecho de ser nosotros, que al leerlo se nos salga el corazón del pecho, levitando en ese impulso vital irrefrenable que es la juventud.